Taller de comercialización solidaria
Fórmulas para la economía social
Fuente: http://sur.elargentino.com/notas/formulas-para-la-economia-social
Cuando los cuadros técnicos y profesionales transitan aquellas realidades que están más allá de las aulas, y trabajan a la par en el terreno popular, surgen resultados y se recrean realidades que sorprenden. En la Universidad Nacional de Quilmes funciona el Proyecto Crees (Construyendo Redes Emprendedoras en Economía Social), que tiene tres líneas de acción vinculadas a actores de la economía social, constituida principalmente por cooperativas, formas de autoempleo o redes de organizaciones sociales.
En este caso, los logros obtenidos refieren a un recurrente obstáculo que presentan los actores de la economía social: ni más ni menos que las dificultades para extender sus líneas de comercialización más allá del círculo íntimo y consolidar de manera sustentable sus emprendimientos.
El economista Rodolfo Pastore, director del Proyecto Crees, dialogó con Miradas al Sur para explicar el sistema que se implementa en las Ferias de la Economía Social y Solidaria de las que participan como uno de los organizadores. En la última oportunidad se comercializaron más de 80 mil pesos y participaron casi 150 emprendedores. La satisfacción fue doble, porque se logró un salto muy grande respecto de la feria de 2009, en la que habían participado 70 emprendimientos con ventas apenas por encima de los 12 mil pesos.
Lo determinante de la experiencia es el modelo que se desarrolla en estas ferias, donde la Mesa de Promoción de la Economía Social y Solidaria de Quilmes (integrada por 15 organizaciones, entre ellas el Proyecto Crees) obtiene un crédito que luego vuelca entre los productores para que puedan ellos, a su vez, vender a crédito sus productos. “Inyectamos financiamiento y construimos un mercado, porque es muy probable que la gente no consumiría si no hiciéramos eso”, subraya Pastore.
“Generamos un crédito para la comercialización, a partir de un fondo rotatorio”, agrega el docente-investigador y detalla que se articula con otras organizaciones, más allá de las que integran la Mesa, y se les brinda un préstamo para que puedan distribuirlo con sus asociados”. Las ventas se realizan a cuatro cuotas sin interés. La última feria se realizó los primeros dos días de octubre, en la sede de la Universidad quilmeña. El próximo sábado 18 de diciembre se levantará una nueva feria, en este caso, en el Centro de Formación Profesional 406 de la localidad de Ezpeleta.
La otra particularidad de este modelo de comercialización es que de alguna manera recrean el viejo sistema de trueque, mediante la inclusión de bonos canjeables, que luego el productor cambiará por pesos. Para este nuevo encuentro se consensuó con los emprendedores que hagan un descuento en las compras con bonos. Pastore explica que “la idea fundamental es que les convenga comprar en bonos y no en pesos. El objetivo es que el emprendedor no quiera después cambiar todos sus bonos por pesos, sino que otras cosas que él quiera comprar y que se ofrezcan en esta red de emprendimientos, le sea conveniente adquirirlas con ese precio menor”. “Al trabajar con organizaciones la única garantía es la confianza”, destaca el docente de Quilmes y enfatiza: “Tuvimos una devolución del 100 por ciento”.
Además, el uso de bonos les permitió a los técnicos de la Universidad saber cuánto comercializa cada emprendimiento y cuánto cada rubro. De esa forma se puede analizar por qué algunos vendieron mucho y otros poco, tanto como los niveles de intercambio de cada rubro de actividad. “Ahí empezamos a trabajar otras cuestiones que tienen que ver con el diseño o con la venta propiamente dicho y con talleres de comunicación económica”, dice Pastore.
Es que una de las propuestas iniciales del Proyecto Crees es la capacitación y asistencia a cooperativistas y trabajadores autogestionados, sumado a promoción de espacios de intercambios de experiencias que se han ido haciendo sobre la marcha. “Estamos asistiendo a un avance paulatino pero importante en la conciencia de que hay que ir hacia una movida más sistémica”, según Pastore. El balance parece acertado si se observa el panorama de cooperativas y recuperadas, las cuales han demostrado a lo largo de estos dos últimos años, fundamentalmente, el afianzamiento de sus órganos de representación tanto como la conceptualización de reclamos que luego elevan a las instancias gubernamentales.
Sucede que las distintas experiencias de la economía social suelen estar muy desvinculadas y es justamente el trabajo asociado el pilar que puede mantener con vida y fortalecer este modelo. “Muchos emprendimientos están aislados y dispersos”, describe el director del Proyecto Crees y asegura: “Estamos construyendo un mercado que no existía”.• El reconocimiento universitario
Hace menos de dos meses, la Universidad Nacional de Quilmes, a través del Proyecto Crees, generó una instancia de formación de pregrado inédita en el país, mediante la cual los cooperativistas acceden a una cursada de un año y pueden obtener el Diploma de Extensión Universitaria como “Operador socioeducativo en Economía Social y Solidaria”. En esta primera etapa, se brinda capacitación a más de 1.200 trabajadores que integran el plan Argentina Trabaja, fruto de la articulación entre la universidad y el Ministerio de Desarrollo Social y el de Educación de la Nación.
La diplomatura se cursa en la propia universidad y no requiere de título previo, sea secundario o de otro grado superior. De hecho, según los datos del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, cerca del 80 por ciento de los trabajadores que integran el plan Argentina Trabaja aún no alcanzó a completar sus estudios secundarios.
La currícula está divida en cinco asignaturas: Economía social y solidaria; Organización y equipos de trabajo; Trabajo y sociedad; Educación social (para que los cooperativistas puedan luego divulgarlo en sus lugares de acción) y Tecnologías de la información y la comunicación. “Es una formación de dirigentes de la economía social”, subraya Rodolfo Pastore y señala la “importancia” de que las universidades “empecemos a generar carreras que sean operativas”.
La diplomatura tiene en total 500 horas de cursada, de las cuales 320 se dan en las aulas de la universidad y las otras 180 horas restantes son prácticas. “La idea es, el año que viene, cuando termine la etapa de formación de los orientadores de Argentina Trabaja, poder también articularlo con federaciones de cooperativas de trabajo”, explica Pastore.
Esta iniciativa de las diplomaturas es la tercera vertiente dentro de las tareas del Proyecto Crees, que además de trabajar en la Mesa de Promoción de la Economía Social, también brinda “acompañamiento, capacitación y vinculación para las empresas sociales”.
Crees nació formalmente a fines de 2005, tras incorporarse en el programa Manos a la Obra, a través de un grupo de docentes y graduados que provienen de áreas formativas como la Comunicación, la Economía y la Psicología entre otras disciplinas. En 2006 fue seleccionado para integrar el Programa de Voluntariado Universitario del Ministerio de Educación y así abrir las puertas de la Universidad a estudiantes para que realicen prácticas de formación con actores de la economía social. Luego, en 2007 el Proyecto Crees obtiene la aprobación de la convocatoria de extensión universitaria.
Desde su nacimiento hasta el presente, ya trabajaron con 50 organizaciones, de las cuales mantienen un vínculo regular con 15 de ellas ya que comparten la Mesa de Promoción de la Economía Social y Solidaria del partido de Quilmes.
Nota a Rodolfo Pastore, director del Proyecto CREES, publicada en Miradas al Sur el 12 de diciembre de 2010. Realizada por Alejandro Guiffrida.
Taller
Dialogo de saberes
IV Feria de ESS
El Diploma en Página 12
A continuación les presentamos la nota aparecida en el diario Página 12 el día 3 de Diciembre en referencia al Diploma de Extensión Universitaria de operador socioeducativo en economía social y solidaria, que se desarrolla en está primera etapa con los orientadores del Programa Argentina Trabaja en conjunto al Ministerio de Desarrollo Social y de Educación de la Nación.
DIPLOMATURA EN ECONOMIA SOCIAL PARA COOPERATIVISTAS DEL PLAN ARGENTINA TRABAJA
Nuevo camino a la Universidad
“Me siento como un pibe que va al colegio. Es todo nuevo”, dice Gustavo Del Arco, un cooperativista de La Matanza, para definir la experiencia de estar cursando la diplomatura en Economía Social que desde hace un mes se dicta en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQui). Esta propuesta sin precedentes, impulsada por los ministerios de Educación y de Desarrollo Social, nació con el objetivo de elevar la formación de los cooperativistas que integran el programa Argentina Trabaja. La iniciativa está abierta de forma exclusiva a los referentes de las unidades de trabajo del plan estatal y ya son más de mil los trabajadores que aprenden en las aulas de la universidad.
Del Arco se dedica a la limpieza de zanjas y entubamientos en la localidad de Rafael Castillo. A pesar de tener 36 años nunca pudo terminar la escuela secundaria. “Desde los 12 años laburo entre 13 y 14 horas por día”, explicó. A este obrero le “vino bárbaro” haberse integrado a este proyecto, que permite cursar sin haber terminado el secundario. De todos modos, la carrera lo estimuló a finalizar ese nivel. “Después de la diplomatura quiero hacer una tecnicatura y para eso sí necesito el título de la secundaria”, contó con entusiasmo.
La diplomatura está planteada como una primera etapa dentro de una carrera de grado. Aprobada esa instancia inicial que dura un año los estudiantes podrán hacer una tecnicatura e incluso una licenciatura en Economía Social. Lo cursado en ese primer año será reconocido tanto por la UNQui como por otras casas de estudios superiores. En la cursada se abordan, entre otras áreas, salud comunitaria, dirigencia social, pedagogía social, comunicación social y teatro comunitario. La intención es que los referentes puedan llevar al barrio la experiencia aprendida en el aula y que a su vez debatan en clase los problemas concretos que aparecen en el trabajo cotidiano.
El origen de esta propuesta pedagógica surge de la concepción del Ministerio de Educación de que el conocimiento puede nacer de la intereacción entre la academia y los sectores populares. Jaime Perczyk, jefe de Gabinete del ministerio, indicó a Página/12 que observaron que en la población que compone el programa de cooperativas que impulsa el Gobierno “había dos necesidades: una era trabajo y la otra educación”. A su vez, dentro del plano educativo se planteó un doble desafío. “Por un lado, buscamos mejorar el piso de inclusión educativa, es decir, que quienes no pudieron, terminen sus estudios primarios y secundarios. Por otro, no queremos que ese piso sea un techo. Es ahí que aparece la propuesta de ofrecer estudios superiores”, describió el funcionario.
La explicación de Romina Pereyra, cooperativista de San Justo, grafica de forma clara el impacto del trabajo áulico. “Le empezamos a poner nombre a las cosas que manejamos en forma cotidiana”. En la última clase que cursó definieron a las instituciones de la sociedad por su condición de privadas, públicas o de tercer sector y analizaron la relación que se da en cada barrio con algunas de éstas, por ejemplo con la Iglesia. “Poder rotular estas cuestiones es una gran herramienta”, consideró. La joven, de 27 años, también destacó “la posibilidad de volcar en la clase cada problema que hay en la cooperativa”.
Las palabras de los trabajadores irradian ganas de estudiar, esas mismas que llevan después de cada cursada a sus casas, a sus calles. El obrero de Rafael Castillo narró cómo la socialización de la experiencia universitaria ya empezó a dar sus frutos. “Hablé con compañeros que tienen entre 40 y 50 años para decirles que vengan conmigo a estudiar y en marzo muchos van a empezar a cursar la secundaria” para después poder hacer la diplomatura. Del Arco compartió: “Mi nena de 17 me ve estudiando y ahora quiere ir la universidad”.
Desde la óptica docente, la diplomatura también viene a romper los esquemas. Rodolfo Pastore, director del proyecto Construyendo Redes Emprendedoras en Economía Social (Crees), de la UNQui, y coordinador de la diplomatura, destacó el hecho de que “la universidad se abra a una interrelación con otros saberes”. Pastore describió que “hay gente adulta con mucho aprendizaje pero que no tiene un saber formalizado. Tanto el docente como el cooperativista deben asumir la importancia de ese aprendizaje de vida y muchas veces eso les cuesta a ambos”. “Para muchos docentes esto es totalmente nuevo”, subrayó.
Sobre el dispositivo de aprendizaje, el director del Crees dijo a Página/12 que “el adentro y el afuera del aula se desdibujan”. Y detalló que “la metodología consiste en partir de la práctica, reflexionar sobre eso con la ayuda de materiales teóricos para luego volver a la práctica”, es decir, a situaciones concretas de los trabajadores. Con todo este proceso de participación de los obreros “la universidad se ve conmovida, se ve interpelada”. “El impacto de esto para la sociedad va a ser muy importante”, enfatizó.
De cara al futuro, desde el Ministerio de Educación ya están en tratativas para abrir la diplomatura en las universidades de Luján y Moreno, en provincia de Buenos Aires. Además, Perczyk señaló que “los próximos pasos apuntan a aplicar la propuesta con cooperativas de Tucumán y Corrientes” y ya analizan “a qué otros actores ingresar” al proyecto. Es que según datos oficiales, casi el 80 por ciento de los cooperativistas incorporados al programa Argentina Trabaja no pudo completar sus estudios primarios o secundarios, y sólo 109 de los cerca de 150 mil trabajadores incluidos tienen título universitario. En ese sentido, el funcionario sostuvo: “Apostamos a que a las universidades entren los trabajadores organizados”. Para concluir, Romina Ferreyra compartió: “Muchos habíamos dejado los ámbitos educativos y poder volver a un aula en estas condiciones nos pone muy contentos”.
http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-157956-2010-12-03.html